En la Primera parte de esta historia, relatamos como una condesa de mediana edad, con una vida plagada de tragedias, inicia sus prácticas mas terribles en búsqueda de la juventud perdida.
Los baños de sangre se convirtieron en su obsesión. Luego de la primera expriencia los rituales pasaron a ser una rutina cotidiana dentro del Castillo Cachtice. El enano bufón Ficzco, las doncellas de confianza y un grupo de bruja que vivían cerca de la Condesa a partir de 1604 se encargaron de abastecerla de chicas vírgenes.
De acuerdo a los numerosos historiadores que estudiaron la vida de la asesina se pudo establecer que los rituales se desarrollaban de la siguente manera. El carruaje negro oficial de la Condesa recorría la zona de los Cárpatos en busca de jóvenes de entre 9 y26 años, a quienes se engañaba con promesas de trabajo en el castillo.
Con lo que ganaba una chica trabajando para Báthory se podían mantener familias completas. Entre los sectores sociales más humildes nadie se atrevía rechazar semejante propuesta. Al menos hasta que comenzaron las desapariciones.
Las chicas podían ir por las buenas o por las malas. Si se resitían se las drogaba y una vez dormidas las cargaban en el carro. Al llegar al castillo se las trasladaba a los aposentos de Erzsébet, donde le cortaban las venas y las arterías para que llenaran con sangre la bañadera. A las que gritaban les cosían la boca para que no molestaran con los chillidos.
Una vez que habían conseguido la sangre necesaria, la Condesa comenzaba con sus baños. En algunas ocasiones colgaban a las chicas con una polea, las degollaban y dejaban que la sangre cayera sobre el cuerpo de Erzsébet. Como no le gustaba secarse con toallas, cuando Báthory terminaba con su baño hacía que sus sirvientas la lamieran para limpiar el cuerpo. Durante 11 años la Condesa llevó adelante este estilo de vida.
Más allá de los rituales sangrientos las víctimas sufrían terribles tormentos antes de ser ejecutadas. Si las jóvenes capturadas sobraban en los calabosos, la nuevas chicas que llegaban eran encerradas en otras cárceles del castillo, donde vivían en terribles condiciones y se alimentaban con la carne de los cádaveres que se habían mutilado.
Además de usarlas para sus placeres lésbicos, Báthory veía a sus prisioneras como objetos de entretenimento. En invierno le gustaba mojar los cuerpos desnudos de las mujeres con agua para luego dejaralas que murieran de frío en los patios de su morada.
Otra veces las pinchaba con agujas, sólo para ver como fluía la sangre de los cuerpos o las untaba con miel para hacerlas comer por hormigas. Su juguete favorito era la “Doncella de Hierro” (Iron Maiden), que era un sofisticado elemento de tortura medieval creado en Alemania en 1515. El aparato era una gran ataúd en cuyo interior se encontraban escondidos numerosos cuchillos que penetraban la carne de la víctima cuando se cerraban las puertas. El objetivo de la Doncella de Hierro no era matar a las víctimas, sino torturarlas lentamente.
Lo cierto es que con los años las desapariciones de chicas comenzaron a aumentar. Bathóry hacía enterrar los huesos de los cádaveres en las afueras del castillo y en otras ocasiones se los entregaba a sus brujos para que practicaran experimentos de alquimia.
En la región de los Cárpatos entonces surjió la desesperación. Lo que había comenzado con desapariciones de niñas aisladas ya era una costumbre que se repetía y todas las sospechas apuntaban a la Condesa Erzsébet.bLa sirvientas que iban a trabajar con ella, nunca más volvían a ser vistas con vida. Las familias empezaron a ocultar a las mujeres jovenes en los hogares. En el pueblo había una enorme impotencia.
¿Cómo se podía pedir justicia cuando las sospechas caían sobre una de las máximas autoridades de la zona? Lamentablemente para que los asesinatos se detuvieran el miedo tenía que tocar a la clase alta. Aunque las brujas que la aconsejaban se lo habían repetido centenares de veces, Báthory las ignoró y empezó a sacrificar jóvenes de la realeza.
En este caso las conseguía a través de sus contactos reales. La Condesa conseguía las chicas con la promesa de educarlas para el futuro. Claro que el destino de sus “alumnas” era otro. Cuando las púpilas empezaron a morir “por enfermedad” demasiado seguido la preocupación del pueblo comenzó a convertirse en un asunto político.
Pola la única chica que había logrado escapar del castillo antes de ser capturada en el Ayuntamiento había llegado a denunciar a la Condesa frente a los curas de una iglesia. Tras la desaparición definitiva de la niña, los sacerdotes también comenzaron a presionar a las autoridades de otras regiones para que tomaran cartas en el asunto. Los cuerpos putrefactos entonces empezaron a ser encontrados por todas partes. A veces los traía el río que corría cerca del castillos o eran desenterrados por los lobos.
Las numerosas denuncias por parte de todos los frentes sociales hicieron que el Rey de Hungría Matías II, de la Dinastía Habsburgo interviniera en el tema.
30 de diciembre de 1610.
Matias II se presenta de imprevisto en el Castillo Cachtice junto con su corte y el Conde Gyorgy Thurzó, primo y enemigo político de Erzsébet. En las puertas del recinto no encontraron guardias ni nadie que los recibiera.
Paulatinamente el horror los empezó a invadir y poco a poco fueron descubriendo que todas las sospechas eran ciertas. Primero encontraron un chica desangrada en el salón principal y otra que agonizaba con la espalda agujereada. Los soldados del Rey encontraron en los calabozos docenas de mujeres torturadas en pésimas condiciones físicas.
Cuando la corte de Matias II irrumpió en uno de los salones principales descubrieron a la Condesa y sú sequito de brujas y cómplices en pleno ritual asesino. Literalemente los habían atrapado con las manos en la maza. Finalmente Erzébeth Báthory, la Condesa Sangrienta, como la apodarían los historiadores había caído.
Ese mismo día exhumaron 50 cadáveres ocultos en el jardin del castillo y el diarío personal de la Condesa donde se encontraba anotado los nombres de las 610 víctimas que fueron torturadas y asesinadas por la mujer. El juicio no duró demasiado y con las pruebas contundentes que tenías los acusadores no encontraron barreras a la hora de obtener justicia.
Todos los cómplices de la Condesa entre los que figuraban las doncellas de confianza, el mayordomo del castillo, las brujas y el enano bufón fueron decapitados. El Tribunal Supremo de Hungría consideró la reputación que hasta ese momento había tenido el apellido Báthory y le perdonó la vida a Erzsébet. No la ejecutaron pero la mataron en vida.
La mujer fue emparedada en una habitación oscura donde sólo había un pequeño espacio para que entrara un plato con comida. En esas condiciones Báthory logró vivir cuatro años.
¿Pueden imaginarse resisitir tanto tiempo encerrados en un estrecho espacio a oscuras?
Este es uno de los detalles más impactantes de esta historia. El 21 de agosto de 1614 encontaron muerta la Condesa cuando le acercaron un plato con comida. La vida de las máxima asesina serial de la historia había llegado a su fin.
Intentaron enterrarla en la iglesia de Cachtise pero los habitantes del lugar lo impidieron y el cuerpo de la homicida fue trasladado al noreste de Hungría. La aberraciones que cometió Erzsébeth generó la destrucción de la familia real y su apellido.
La mayor parte de la familia Báthory-Nádasdy huyó a Polonía y para la segunda mitad del siglo 17 el poder de la familia Báthory desapareció por completo. Los hechos que acaban de leer surgieron de la información que se recopiló en los últimos 400 años por parte de historiadores.
La pregunta es.¿Ella fue realmente la responsables de esos asesinatos?
No son pocos los investigadores que consideran que todo fue una infamia inventada por los enemigos políticos de Erzsébet. En aquella época era común que los miembros de la realeza torturaran o castigaran a su servidumbre y Báthory no fue la única persona de la aristocracia que prácticó el sadomasoquismo.
Sin embargo, la gran mayoría de las investigaciones coinciden en afirmar que en efecto fue una sádica asesina que se amparaba en su título de condesa para cometer los crímenes. Es posible que de haber seguido el consejo de sus brujas, sobre no tocar chicas de familias reales, nunca la hubieran detenido.
La realidad es que en la actualidad la imagen de Erzsébet Báthory fue limpiada en Hungría y en ese país existen muchas personas que la consideran una mártir como Juana de Arco. El gobierno de ese país posee una enorme cantidad de documentación sobre la Condesa Sangrienta, como el acta del juicio y carta personales. Sin embargo su diario íntimo nunca se hizo público y supuestamente “se desconoce su paradero”.
El resto del mundo no piensan como parte de los húngaros y Báthory es recordada como una de las grandes criminales de la historia. Si bien surgieron otras asesinas seriales, ninguna otra mujer se cobró tantas víctimas.El impacto cultural que tuvo esta historia es enorme.
En fin, esta fue la vida de la Condesa Sangrienta, cuyas aberraciones la convirtieron en un ícono en la historia de los asesinos seriales y el pobre Conde Dracula, queda reducido a un triste segundo plano.
1 comentario:
que interesante entoses esta mujer fue una de las mas grandes criminales de la historia o una martir? pero aun asi k loko
Publicar un comentario